Hace menos de un año que decidió dejar el pádel tras sufrir varios ataques de ansiedad en los partidos. A día de hoy confiesa que disfruta dentro de la pista, tanto que el pasado domingo ganó el Campeonato absoluto de pádel de la Comunidad Valenciana en su propia ciudad. La historia de Estela Francés en el mundo del deporte es sin duda un sinónimo de superación.
Hay niños que vienen con una barra de pan debajo del brazo, la jugadora eldense vino con una raqueta, ya que sus recuerdos entrenando en el tenis son desde que tiene uso de memoria. Cambió la raqueta por una pala de pádel mientras terminaba la licenciatura de farmacia, y comenzó a dar clases en 2014 a la vez que entrenaba para ser jugadora profesional.
Después de ocho años ha conseguido uno de sus mayores títulos, el de Campeona Absoluta de la Comunidad Valenciana, tras quedar subcampeona en 2018. Pero para llegar hasta aquí ha tenido que jugar cientos de partidos oficiales, con los gastos físicos, emocionales y económicos que eso conlleva.
“Poder vivir del pádel era prácticamente imposible para la mayoría de jugadoras. Debíamos compaginar la competición con el trabajo como entrenadoras, ya que los premios no eran suficientes para pagar los entrenamientos y las competiciones”.
Los premios de los campeonatos de pádel han sido siempre superiores en la categoría masculina respecto a la femenina. Y aunque este mismo año se igualaron, para Estela fue una presión añadida, ya que era muy difícil enfocarse únicamente en mejorar como jugadora cuando tenía que trabajar para poder pagarse un entrenador personal que mejorase su rendimiento físico y otro de pádel que trabajase su técnica en la pista.
Toda esta presión dejaba huella en sus partidos: “Fue algo que condicionó mi manera de afrontar los partidos. Era una presión extra la que llevaba en mi mochila, el ser consciente de todo lo que estaba en juego en un partido: gasto económico en el viaje, el alojamiento, las dietas, ausentarse del trabajo”. La jugadora confiesa que esa sensación nunca desaparece del todo pero sí ha aprendido a gestionarla: “Es algo que los deportistas aceptamos y debemos aprender a gestionarla, pero es importante mantenerla dentro de unos límites razonables”.
“Un día decidí que, o buscaba ayuda psicológica, o me retiraba definitivamente”
Sin saber siquiera lo que era, Estela se enfrentó a la ansiedad cuando competía en el tenis con apenas diez años: “Me costaba lidiar con el miedo a fallar y con el ‘qué dirán’, creo que uno de los motivos principales de esto ha sido mi tradicional búsqueda de la perfección. Este perfeccionismo me llevó a olvidar la razón por la que practicaba deporte, el simple hecho de disfrutar haciendo lo que más me gusta.”
Fue en 2019, tras un partido de World Padel Tour, cuando Francés fue consciente de que necesitaba ayuda psicológica: “Recuerdo pensar constantemente en el fracaso que sería perder aquel partido, en lo que podrían pensar y decir de mí mi entrenador y las demás jugadoras, hasta el punto de necesitar salir de allí, fue una sensación que continuó durante todo el torneo y decidí que, o buscaba ayuda psicológica, o me retiraba definitivamente.”
“La parte más importante de un deportista es su fortaleza mental”
Estela confiesa que gracias a las herramientas que adquirió con ayuda psicológica ahora por fin está desarrollando todo su potencial en la pista: “Siempre fui consciente de la importancia de la fortaleza mental para un deportista, pero me limitaba a escudarme en que ese era mi punto débil, que había nacido así y no hacía nada por cambiarlo porque pensaba que sería imposible”. En su caso, la mente acabó provocando consecuencias físicas tanto en su cuerpo como en su método de juego: “Yo jugaba muchos partidos con calambres y con una opresión en el pecho constante que se acentuaba en los momentos importantes del partido”.
Muchas deportistas de alto nivel se han retirado de la competición para darle prioridad a su salud mental, como es el caso de la atleta Simone Biles, la tenista Naomi Osaka, o la lanzadora de peso Raven Saunders.
“Ahora me considero una persona positiva, y pienso que si yo he conseguido derribar los muros de mi negatividad cualquier persona puede hacerlo, solo hace falta motivación y fuerza de voluntad para conseguirlo”.
Sin deporte no hay salud
Pese a que el deporte ha sido el “responsable” de sus cuadros de ansiedad, prescindir de él fue el detonante que causó su primera crisis de pánico. En 2021, tras una pandemia que también afectó duramente a los deportistas, Estela reflexionó sobre su futuro profesional y decidió dejar la competición para centrarse en su otra vocación, la docencia. El Máster en Formación de Profesorado de Educación Secundaria requería de tanto tiempo que tuvo que dejar de hacer deporte durante meses, algo que jamás había pasado y que generó tanto estrés en su cuerpo que acabó dándole su primera crisis de pánico.
“No he sido consciente del poder terapéutico del deporte hasta que he dejado de practicarlo, ya sea a nivel profesional o como hobby, no volveré a cometer nunca ese error”.
La jugadora sintió en ese momento que tocaba fondo, buscó ayuda profesional y empezó a trabajar en su salud mental: “Me he formado y sigo formándome en aspectos como la inteligencia emocional o el mindfulness, aprendiendo a observar mis pensamientos sin identificarme con ellos, pues la mayoría se generan de manera automática”.
La importancia de la pareja de juego
Después de muchos meses de trabajo, Estela volvió a jugar a pádel y progresivamente también a la competición. Durante 2022 ha viajado a Suecia, Portugal, Santander, Barcelona, Valladolid, Málaga para jugar campeonatos internacionales y nacionales de este deporte.
¿Qué es lo que pasó para que la joven de 31 años decidiese volver? Ella afirma que una de las razones fue por su pareja de juego, Ksenia Sharifova: “Creo que somos dos jugadoras que nos complementamos muy bien en la pista y así lo estamos demostrando”.
Francés piensa que aunque cada jugador suele entrenar por separado, el “feeling” entre ambos es una pieza clave, algo que hasta ahora no había podido encontrar: “Nos pasó en el primer torneo que jugamos juntas justo hace un año, no es habitual ganar el primer torneo que disputas con una nueva compañera que no conoces, pero hay veces que esa sintonía en pista aparece como por arte de magia. Sin embargo, aún partiendo de esa base, es necesario seguir trabajando para acoplarse aún más como equipo, y en ello estamos. Una pareja con la que te entiendes y que confía en ti pase lo que pase disminuye considerablemente los niveles de ansiedad”.
Para Estela la comunicación con la pareja de pádel debe ser una prioridad, y así lo enseña a sus alumnos: “Hago mucho hincapié en la comunicación positiva, ya que puedes conseguir mucho más de lo que te imaginas de alguien si utilizas un lenguaje positivo y constructivo”
La Campeona Absoluta de la Comunidad Valenciana confiesa que pese a que el año pasado fue uno de los peores momentos de su vida, ahora es mucho más feliz y que, cuando entra a una pista, disfruta pase lo que pase gracias a herramientas que le ayudan a gestionar sus emociones: “Afortunadamente el estigma de la salud mental está desapareciendo, cada vez más personas se atreven a contar sus experiencias y buscar ayuda profesional sin el temor de ser juzgadas. En el caso del pádel profesional son muchos los jugadores y jugadoras que incorporan psicólogos a sus equipos. Porque en realidad lo que demostramos en la pista a menudo es el reflejo de cómo nos sentimos en nuestro interior”.